Consultoría Estratégica y Coaching Ejecutivo

lunes, 21 de julio de 2014

¿Quién dijo crisis? Se ha hablado y se seguirá hablando de la necesidad de cambio en las empresas. Durante estos últimos años muchas no han tenido más remedio ante los vaivenes de los mercados. Lo cierto es que también hay un buen número que han sabido aprovechar la crisis para reinventarse convirtiéndola en oportunidad.
Pero ¿para qué es necesario el cambio en las empresas?
Lo contrario al cambio es la estabilidad. Las organizaciones, al igual que las personas y los subsistemas de menor nivel, consumen parte de su energía en obtener la deseada estabilidad que le permita mantener el equilibrio. La homeostasis es un término acuñado por la biología, es una propiedad de los seres vivos que consiste en su capacidad de mantener una condición interna estable, compensando los cambios en su entorno mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior. La empresa, como sistema creado por el ser humano reproduce esta propiedad. Este intercambio de recursos con el exterior para mantener la estabilidad interior, precisa disponer de un sistema de control y de autorregulación o feed-back que le permita una lectura constante de los indicadores de las variables a las que se ve sometida. Se autorregula para que el medio interno no varíe. El objetivo de este proceso es que los parámetros de funcionamiento sigan estables.


Pero hace falta algo más. No es suficiente con adaptarse las características actuales del entorno. Es necesario predecir que recursos serán necesarios para que la empresa pueda existir mañana. Esto nos conduce a otro término acuñado por la biología, la alostasis. Mediante el mecanismo de la alostasis los parámetros varían con mucha mayor amplitud y anticipan las demandas del mañana. Es el paradigma de la estabilidad a través del cambio.
La finalidad no es mantener unos parámetros constantes sino que estos varíen y estén en sintonía con el entorno. La idoneidad del medio donde está situada la empresa se obtiene mediante la inestabilidad y el cambio. Muchas empresas siguen consumiendo una gran cantidad de energía para mantenerse en nivel de equilibrio que permanezca constante. Y a mayor inestabilidad del entorno mayor es el estrés y desgaste al que se ven sometidas. Tienen una estrategia de supervivencia reactiva. Las que ponen en marcha estrategias activas están evolucionando para que su respuesta al entorno sea adaptativa con lo que el equilibrio interno-externo soporta menos presión, estrés y consumo de recursos.Son empresas que rompen su zona de confort, están dispuestas a pasar una crisis que las haga más fuertes y adaptadas a la situación cambiante. No en vano el ideograma chino de “crisis” representa a la vez “peligro” y “oportunidad”.



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